Cómo seguir una dieta buena para el medio ambiente y la salud

La dieta occidental, en aumento en todo el mundo, tiene altos impactos ambientales y sanitarios
Por Alex Fernández Muerza 14 de noviembre de 2016
Img no comer rapido hd
Imagen: oneinchpunch

Comer demasiada carne, además de no ser bueno para la salud, tampoco lo es para el medio ambiente. El tipo de dieta elegida para alimentarse no solo afecta al cuerpo, sino también al entorno. Así lo apunta un estudio que destaca la importancia de lograr una dieta sana y sostenible, de manera que el organismo y el planeta ganen. Este artículo señala que las dietas y el medio ambiente están más conectadas de lo que se piensa, cómo seguir una dieta saludable y ecológica y si el impuesto climático a la carne es una buena idea.

Dietas y medio ambiente, más conectadas de lo que se piensa

La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomienda que las dietas, además de garantizar la salud y la seguridad alimenticia, sean también sostenibles. Los responsables de esta institución de Naciones Unidas consideran que una dieta saludable tiene que incorporar el factor ambiental para garantizar su acceso a toda la población presente y futura, además del componente de justicia social para un reparto equitativo de los recursos.

El sistema alimentario es responsable de un 25% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero
El sistema alimentario, entendido como todos los procesos que intervienen en la alimentación de la población mundial, es responsable de un 25% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), implicados en el cambio climático, según un artículo publicado en la revista científica Science sobre la relación entre los tipos de dietas y el medio ambiente.

La autora del trabajo, Tara Garnett, investigadora del Programa «Oxford Martin» sobre el Futuro de la Comida de la Universidad de Oxford (Reino Unido), recuerda que no es el único impacto que nuestra forma de consumir alimentos tiene en el planeta. También impulsa la deforestación y la pérdida de biodiversidad, la degradación de las tierras, la contaminación y el uso excesivo de agua y crea y perpetúa las desigualdades sociales, además de no alimentarnos de manera eficaz, ya que, mientras la obesidad y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta se intensifican, el hambre y las deficiencias de micronutrientes persisten.

Img calorias dieta eco
Imagen: dmitrimaruta

Cómo seguir una dieta saludable y ecológica

La mayoría de los investigadores que estudian dietas saludables sostenibles destacan los altos impactos ambientales del consumo de carne y lácteos, así como la asociación entre la alta ingesta de carne y los malos efectos para la salud. Garnett recuerda que la típica dieta occidental, en aumento en todo el planeta, tiene altos impactos para el medio ambiente y la salud.

Frente a este tipo de dieta, la investigadora de la Universidad de Oxford plantea si es posible identificar dietas sostenibles y que también beneficien la salud. Para ello compara las dietas más comunes en el mundo y concluye que una dieta más saludable y sostenible debería tener los siguientes elementos:

  • Consumir una alta variedad de productos.
  • Ser equilibrada en su aporte energético.
  • Tener un consumo bajo de productos animales y entre bajo y moderado de productos pesqueros.
  • Realizar una ingesta alta de frutas y hortalizas.
  • Evitar los alimentos procesados.
  • Reducir el desperdicio de alimentos y los residuos.
  • Ser eficiente en el consumo de energía para cocinar.

Garnett reconoce que no hay una fórmula sencilla, dado que la comida depende de muchos factores y está entrelazada en casi todos los aspectos de la vida. El aumento del consumo de frutas y verduras podría tener un mayor impacto ambiental, si para ello se utilizan de forma indiscriminada recursos hídricos o pesticidas industriales o si requieren aumentar el transporte. La producción de aves de corral conlleva emisiones de GEI mucho más bajas que la carne de vacuno. Sin embargo, depende en gran medida de la alimentación de cereales, que podrían ser consumidos directamente por los seres humanos. Las innovaciones en los métodos de producción y procesamiento podrían alterar la relación medio ambiente-salud. Por ejemplo, los alimentos para animales de menor impacto podrían abordar algunas preocupaciones sobre la producción ganadera.

Img vacas medioambiente
Imagen: Joost J. Bakker IJmuiden

¿Es el impuesto climático a la carne una buena idea?

Un estudio publicado en la revista médica BMC Public Health apostaba hace unos meses por crear un impuesto para la carne que más dióxido de carbono y metano emite, a fin de luchar contra el cambio climático y los problemas de salud. El trabajo, en el que participaba un compañero de Garnett en la Universidad de Oxford, Adam Briggs, defendía que incorporar el coste social del carbono en el precio de los alimentos tiene el potencial de mejorar la salud, reducir los GEI y aumentar los ingresos del Estado. La idea es compartida por diversos expertos y grupos ecologistas y se ha planteado llevarla a la práctica en países como Suiza o Dinamarca.

Esta idea podría tener efectos no deseados, si no se realiza de manera adecuada, según Garnett. En su opinión, un impuesto sobre la carne podría potencialmente incentivar un aumento del consumo de productos derivados de la pesca (incrementando el problema de la sobreexplotación pesquera), de carbohidratos refinados nutricionalmente pobres o de carne procesada más barata y menos sana. En definitiva, Garnett concluye que lograr una dieta sostenible y saludable requerirá de una colaboración más profunda y más allá de las fronteras académicas.

Sigue el canal de Medio Ambiente en Twitter @E_CONSUMERma y a su autor @ecienciacom.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube